Y aquí estamos desde los 15 años, tomando decisiones con listas de pros y contras. Ya debes saber de qué se trata. Una bella columna para las cosas a favor de tomar la decisión, y una bella columna al lado para sus contras.
Lo bueno es que esta simple técnica a veces es suficiente para tomar la decisión, porque no se trata de decisiones difíciles en el sentido cognitivo, sino en el emocional. Y ponerlo en papel muchas veces clarifica la cuestión. Muchas otras, no.
El primer análisis es bien fácil: ¿qué columna es más larga? La que resulte, es la ganadora. Si mayores cuestiones a favor, nos decantaremos por tomar la decisión, pero si hay mayor cantidad de factores en contra, entonces iremos por el no.
El problema surge cuando no todos los factores que incluimos en las listas son igual de importantes. A veces nos encontraremos con que alguno de ellos pesa más que los otros. Así que, simplemente, lo dejamos tomar e doble de su lugar, y volvemos a chequear qué columna es más larga.
Se trata de decisiones lógicas, no emocionales, aunque alguno de sus factores lo sea. Por lo que no debes preocuparte demasiado por el contenido de las columnas una vez lo hayas escrito. Simplemente, mira qué columna ganó y lánzate al vacío.
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